El destino, ese curioso 'pintor' que traza sin saberlo -o sí- los trazos tricolores de la senda de nuestra vida. Ese destino que jalonó encuentros fortuitos en las calles de Madrid con uno de los intelectuales que más admiro y que en su condición, perfil de erudito me recuerda mucho a hombres de la alcurnia de Eduardo de Guzmán, Javier Bueno o Jaime Menéndez, "El Chato", mi abuelo. Hace unos 15 años le escuchaba en la Cadena Ser, tenía una sección fija en la que hablaba de to